Homenaje a los militantes Marplatenses secuestrados, desaparecidos y asesinados del Partido Socialista de los Trabajadores y la Juventud Socialista de Avanzada, 1976 - 1982.
Nada en nuestra vida e historia está
desacoplado de hechos y sucesos
anteriores. Allá por los 2000, la
compañera Susana Stremiz, Susanita para
los que la conocieron, junto a Mario, su
hijo Nahuel y Marilú, en una infatigable
labor por el reconocimiento de los
compañeros desaparecidos del PST de Mar
del Plata, a través de entrevistas con
los familiares de las víctimas,
recopilando información, fotografías,
anécdotas, etc., hicieron posible la
creación de la primera web:
http://desaparecidos.org/pst
En
agradecimiento a ellos, aquí la historia
de esa labor. Link
"He querido negar, aniquilar los soles negros de las enfermedades y la miseria, las noches salobres, las cloacas de las sombras y el azar, la miopía, la ceguera, la destrucción, la sangre seca, las tumbas. Aunque no hubiera tenido, en toda mi vida, más que un solo momento de esperanza, hubiese librado ese combate… Y si los soles de que he gozado han sido rotos por noches innumerables, si no he conocido la victoria, he conservado la noción de ella. A pesar de todo, en medio del dolor, del peligro y del miedo, he sabido decir las razones negras y blancas de la esperanza."
Los ex compañeros del
Partido Socialista de
los Trabajadores y su Juventud
Socialista, de la ciudad de Mar del Plata
hacemos esta Página-Homenaje, a nuestros compañeros
desaparecidos, y con ella queremos reivindicar su
lucha y su memoria.
Somos sobrevivientes de la dictadura militar que, a
partir del 24 de marzo de 1976, continuó una
política sistemática de persecución,
encarcelamiento, secuestro, desaparición y muerte
contra miembros de organizaciones políticas,
sindicales, comisiones internas, organizaciones
barriales, religiosas y toda aquella forma de
práctica social tendiente a afianzar lazos
solidarios y presentar un proyecto político
alternativo. Decimos que "continuó", pues desde la
llamada Masacre de Ezeiza, ocurrida en 1973, se
utilizó una combinación política de represión
"legal" (permítasenos el eufemismo) e ilegal (vía
bandas sindicales y universitarias de la
derecha peronista, Triple A y otros grupos
paramilitares fascistas), generalizándose a partir del decreto que da lugar a la
intervención oficial de las fuerzas armadas en la
represión interna, firmado en el año 1975 bajo la
presidencia de Isabel Perón y el interinato de Italo
Luder.
Como organización política nacional sufrimos la
desaparición y muerte de unos 90 compañeros, sin
contar los presos y las víctimas del accionar de la
Triple A y otros grupos paramilitares, que operaban
con total impunidad, previos a la
caída del gobierno de Isabel Martínez de Perón.
De quienes no están fuimos: compañeros en la
actividad militante, sus amigos o parejas,
compartiendo con ellos la vida cotidiana, los
sueños, alegrías y tristezas, pero sobre todo,
compartimos un proyecto político alternativo que
buscaba una sociedad más igualitaria equitativa y
solidaria, y que se plasmaba en la construcción del
Socialismo en nuestro país y el mundo.
Los vimos antes o durante su secuestro, en algunos
casos los oímos en el sitio de cautiverio, y pudimos
por una interacción de disímiles circunstancias,
escaparle a la muerte.
A los que sobrevivimos, hoy nos une: Reivindicar
aquellos compañeros, sus objetivos, abnegación y
coraje, para que sirva de ejemplo a las generaciones
venideras, que buscan ¡Cambiar al Mundo!
Recordarlos, nos hace bien, cicatriza nuestras
heridas, o al menos ayuda a ello. ¡Los queremos
profundamente! Son nuestros hermanos de la lucha
socialista, son una parte de nuestra vida arrancada,
sin anestesia ni permiso. Así mismo redoblamos el
compromiso con la vida y los proyectos colectivos o
individuales, que buscan una alternativa a esta
sociedad que está más putrefacta que 40 años atrás.
Recordamos, rememoramos y conmemoramos por nosotros
y también por los familiares de nuestros compañeros
y compañeras desaparecidos.
Los recordamos, con la alegría de la vida que
compartimos con ellos, sus sonrisas, el bullicio de
nuestras reuniones en el sótano del primer local
partidario, de la calle La Rioja 1557 (edificio que
aún existe). La algarabía que había al salir a hacer
"pintadas", o "piquetear" nuestro periódico
"Avanzada Socialista" en los barrios y en las
barriadas obreras del puerto. Nos divertíamos en las
peñas organizadas en el local, o participábamos
organizados en las manifestaciones callejeras, sin
perder la juvenil sensación de poderlo todo, a pesar
de lo grande del objetivo.
Compartimos con ellos la preparación de las
intervenciones políticas, en las asambleas
universitarias o los colegios secundarios, así como
también, a nivel del activismo laboral, compartimos
su preocupación, poniéndonos en su piel, cuando eran
perseguidos por la burocracia sindical y sus matones
de los gremios del pescado, sanidad o mercantil, por
citar algunos ejemplos.
Ellos fueron felices militando y nosotros lo fuimos
junto a ellos, tenemos el orgullo y la dicha de
haber transitado juntos, esos años tan intensos como
inolvidables. Los sobrevivientes no estamos juntos
por seguir actuando políticamente, ni por nuestras
opiniones actuales sobre la política mundial o
local. Estamos unidos por el fuerte lazo creado por
aquellos años de lucha en común y por el inmenso
dolor nunca apagado, de haberlos perdido, de
preguntarnos porque ellos y no nosotros, de no poder
comprender que combinación de circunstancias separó
la vida de la muerte.
Reviendo la persecución de la que fuimos objeto, las
sucesivas oleadas acontecidas a lo largo del tiempo,
fundamentalmente desde fines de 1975 y los años
1976/77/79 y 1982, podemos afirmar que (los miembros
del PST marplatense) fuimos víctimas de un
sistemático y calculado Plan de Secuestro y
Exterminio, por el solo hecho de ser socialistas
militantes. Pasados los años algunos de los
responsables están presos y otros seguirán ese
camino, estos crímenes solo se terminaran de pagar
cuando sean juzgados todos los militares y civiles
que participaron, los que secuestraron, los que
interrogaron y torturaron; los que dirigieron los
campos de exterminio. Cuando podamos saber todo lo
sucedido, y purguen las condenas que les
correspondan. Solo ahí la reparación -que nunca es
posible, al tratarse de vidas- comenzara a acercarse
a algo más parecido a un poco de Justicia. Esa
Justicia mencionada anteriormente es la que
buscamos, y es la mejor reivindicación de su vida
militante que aspiramos lograr, es lo que nos vuelve
a unir tantos años después para decir bien alto:
ESTÁN PRESENTES!!!