Estudió en la Escuela Agraria Nicanor Ezeyza de Coronel Vidal, junto a Carlos Alberto Bruni (detenido desaparecido el 24 de febrero de 1977).

Adrián trabajaba como cafetero en la zona del viejo Mercado de Abasto de Mar del Plata, en esa época ubicado en Chile y 9 de Julio; además y gracias a la compra de un Rastrojero con los ahorros de todo un verano de duro trabajo, realizaba fletes para los puestos del mercado y otros ocasionales.

De espíritu solidario, siempre dispuesto a la guachada, a la colaboración desinteresada, especialmente si se trataba de gente sin recursos.

Debido a su actividad laboral se relacionaba con los changarines del abasto, a los cuales acercaba los planteamientos del Partido.

Al momento de su secuestro Adrián tenía 24 años, estaba casado con Marilú, vivían en una casa en calle Dellepiane 1785 y tenían dos hijos, Julián de un año y Leticia de 10 día.

El 30 de noviembre de 1976, Adrián se ofrece para llevar a Buenos Aires en su Rastrojero Diesel a dos compañeras, que ya no tenían casa donde refugiarse y trabajo del que vivir, ante la cacería organizada por la Marina Marplatense.
        A su regreso evita frecuentar su domicilio y lugares habituales, hasta el fatídico 8 de noviembre en que queda con su mujer en la vivienda que ambos compartían en la calle Dellapierre para hacer las valijas y marcharse de la ciudad, desconociendo que Guillermo Berdini, también militante del PST, responsable político de Adrián, y que había visitado días antes la casa de los suegros de Adrián, para informar sobre su detención del día 29 de octubre y de su liberación el 3 de noviembre, había sido nuevamente secuestrado horas antes.

Su mujer y sus padres presentaron Hábeas Corpus, notas a la Base Naval de Mar del Plata, también viajaron a la cárcel de Azul y otras, para preguntar si estaba detenido Adrián. Viajaban periódicamente a Buenos Aires para contactar con organismos Nacionales e Internacionales. Presentaron una denuncia en la Asamblea Permanente de Derechos Humanos, en la Asociación de Madres de Plaza de Mayo, en la Cruz Roja Internacional, en la Embajada Española.

Elevaron el caso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, cuando la Comisión de la OEA arribó a la Argentina en el año 1979.

La actividad de Marilú fue incansable, aún casi agotada la esperanza, no cejó en su empeño, primero en la búsqueda, luego en la denuncia y a la hora de la justicia de los hombres con sus declaraciones en Comisiones de la Verdad y Juicios de Lesa Humanidad, etc.

En la declaración de su esposa en la Conadep dice: “que estando en su domicilio de Dellepiane 1785 de Mar del Plata, el día 8 de noviembre de 1976, aproximadamente a las 14.30 hs., acompañada por su marido Adrián Sergio López Vacca y una hijita de diez días, golpean a la puerta, atiende su marido, simultáneamente entran tres personas vestidas de civil que dicen ser de la Policía, luego de ser identificados los dos, la persona que parecía comandar al grupo anuncia que se va a llevar detenido a su marido en averiguación de antecedentes y que en una hora volvería a su casa. Se le ordena a ella que no debe moverse de su domicilio, no obstante ella puede comunicarse por el fondo de su casa con su vecino, propietario de la vivienda, y le pide que por favor avise a su familia de lo que está ocurriendo. Los represores al advertir el episodio la amenazan y le exigen que no se muevan del lugar. Acto seguido se llevan al marido, quedando ella en la vivienda con un represor vigilándola. Estimativamente a las dos horas desde afuera llaman al individuo que había quedado en el interior de la casa y le dicen que ya se puede retirar, reiterándole que debe permanecer en el lugar. No obstante ella se dirige al domicilio de sus padres, sito en Av. Jara 620 y al llegar allí se entera que Adrián había llamado por teléfono, preguntando por ella, comunicando que estaba detenido y que volvería a llamar para hablar con su esposa. Alrededor de las 19 hs. se produjo el llamado y mientras dialogaba con su marido se oía un fondo de voces, dictando lo que tenía que decir.

Ella señala que su esposo tenía una aguda afonía que denotaba haber sido objeto de torturas, al preguntarle por su estado, Adrián le contestó: "ahora estoy un poco mejor", y ante la pregunta de adonde estaba detenido respondió: en la Base Naval. Asimismo, Adrián le indicó que si alguien preguntaba por él, debería ocultar que estaba detenido, oyó como le ordenaban cortar la comunicación y a partir de ese momento no tuvo más contacto con Adrián.

Durante tres días consecutivos ella recibe llamados incitándola a que formalice citas o que de nombres de personas que ella conoce, ante su negativa, recibió amenazas referidas a su compromiso por su antigua militancia política en el Partido Socialista de los Trabajadores.

Marilú declaró en el Juicio por la Verdad de los tribunales de Mar del Plata el 19/11/2001 y otros.